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La osteopatía pediátrica es una técnica relativamente reciente en España. En otros países tales como Francia y EEUU los bebés y niños entre seis meses y 5 años pasan rigurosamente revisiones con el osteópata pediátrico de forma periódica. ¿Cómo puede ser que un bebé pueda tener disfunciones si no han sufrido traumatismos?
En la etapa de crecimiento de un niño los primeros cinco años son los que marcaran el desarrollo en su vida y el más importante, por supuesto, el momento de nacer. Son muchas las hipótesis que se barajan al respecto y que vienen a decir que según cómo sea el parto, el bebé que nace será de una manera u otra y un estudio realizado en la Universidad de Pekín viene a confirmar esto.
Según sus opiniones, los bebés que sufren un parto difícil con sufrimiento fetal por demasiado tiempo encajado en el canal uterino o nacimiento con fórceps, ventosas tienen más posibilidades de sufrir trastornos de conducta durante la infancia que aquellos que nacen por parto natural.
Al parecer, estos problemas de conducta pueden estar asociados a la presencia de niveles elevados de cortisol. El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.
Analizando la sangre del cordón umbilical de los bebés recién nacidos se ha observado, en otros estudios, que los bebés que vienen al mundo mediante un parto vaginal espontáneo tienen unos niveles de cortisol en sangre más elevados que los que nacen por cesárea programada.
En el estudio, en el que participaron cerca de 5000 niños de entre 4 y 6 años, se observó que los niños en cuyos partos asistidos por fórceps o ventosa presentaban niveles más altos de cortisol que el resto de niños. Estos niños presentaban mayor cantidad de problemas emocionales (ansiedad, insomnio, depresión, dificultades de atención y agresividad) que los que habían nacido mediante parto no traumático.
Cuanto más cortisol haya en la sangre, más alerta o más “a la defensiva” pueden llegar a estar el niño y por lo tanto más agresivo e irritable pueden llegar a ser. Si un bebé tiene un nacimiento traumático empieza a segregar cortisol porque vive la situación como amenazante. Según el estudio, es posible que esta vivencia deje una especie de huella emocional que afecte a los niveles de alerta y defensa en el futuro que los que tuvieron un nacimiento menos agresivo.
Pero este tipo de prácticas no solo afecta nivel emocional, si no que puede producirse otra serie de patologías de carácter físico como son tortícolis congénitas, por tensión dural, cólico del lactante, deformidades craneales, pie zambo, intestino inmaduro…
La utiliza cición de técnicas osteopáticas, tales como la osteopatía craneal, estructural y visceral, conseguimos resolver esos problemas.
¿Cuándo debería ser examinado un bebé o niño por un osteópata?
Hay unos signos de “alarma” que nos pueden alertar si nuestro hijo puede ser candidato a osteopatía, estos signos de alarma son:
Tiene reflujo después de cada toma.
Tiene dificultades para tragar.
Tiene problemas digestivos tales como el estreñimiento o diarrea.
Tiene la tripa hinchada y dura.Tiene muchos gases.
Si hay vómitos.
Problemas para dormir y alteraciones del sueño.
Para bebés que duermen mal
Irritabilidad y lloro sin motivo aparente.
No lagrimea por un ojo.
No gira la cabeza hacia uno de los lados o tiene preferencia por girar la cabeza hacia uno de los lados.
Si tiene zonas planas en el cráneo o asimetrías faciales (ej. un ojo más pequeño que el otro).
Si sufre estrabismo.
Tiene bronquitis, sinusitis u otitis frecuentemente.
Normalmente es recomendable realizar revisiones de forma periódica cada dos, tres meses y realizar sesiones de osteopatía en el posparto para ver que el desarrollo del bebé se está realizando de la forma adecuada.
Beneficios que puede reportar sobre la salud de nuestro bebé:
Como terapia preventiva, patologías auditivas, visuales, patologías de cadera, trastornos posturales.
Mejora de las asimetrías craneales tales como la plagiocefaleas, asimetrías faciales y control del cierre prematuro de las suturas craneales.
Mejora de las alteraciones de las cinturas para mejorar el desarrollo motor del niño.
Disminuir las posibles disfunciones adquiridas en el proceso del parto (forceps, ventosas…)
Mejora de la función digestiva (cólicos del lactante).
Estos pueden ser los beneficios que reporta la osteopatía pediátrica y el trabajo que hace un osteópata experimentado.
La osteopatía pediátrica es una técnica relativamente reciente en España. En otros países tales como Francia y EEUU los bebés y niños entre seis meses y 5 años pasan rigurosamente revisiones con el osteópata pediátrico de forma periódica. ¿Cómo puede ser que un bebé pueda tener disfunciones si no han sufrido traumatismos?
En la etapa de crecimiento de un niño los primeros cinco años son los que marcaran el desarrollo en su vida y el más importante, por supuesto, el momento de nacer. Son muchas las hipótesis que se barajan al respecto y que vienen a decir que según cómo sea el parto, el bebé que nace será de una manera u otra y un estudio realizado en la Universidad de Pekín viene a confirmar esto.
Según sus opiniones, los bebés que sufren un parto difícil con sufrimiento fetal por demasiado tiempo encajado en el canal uterino o nacimiento con fórceps, ventosas tienen más posibilidades de sufrir trastornos de conducta durante la infancia que aquellos que nacen por parto natural.
Al parecer, estos problemas de conducta pueden estar asociados a la presencia de niveles elevados de cortisol. El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.
Analizando la sangre del cordón umbilical de los bebés recién nacidos se ha observado, en otros estudios, que los bebés que vienen al mundo mediante un parto vaginal espontáneo tienen unos niveles de cortisol en sangre más elevados que los que nacen por cesárea programada.
En el estudio, en el que participaron cerca de 5000 niños de entre 4 y 6 años, se observó que los niños en cuyos partos asistidos por fórceps o ventosa presentaban niveles más altos de cortisol que el resto de niños. Estos niños presentaban mayor cantidad de problemas emocionales (ansiedad, insomnio, depresión, dificultades de atención y agresividad) que los que habían nacido mediante parto no traumático.
Cuanto más cortisol haya en la sangre, más alerta o más “a la defensiva” pueden llegar a estar el niño y por lo tanto más agresivo e irritable pueden llegar a ser. Si un bebé tiene un nacimiento traumático empieza a segregar cortisol porque vive la situación como amenazante. Según el estudio, es posible que esta vivencia deje una especie de huella emocional que afecte a los niveles de alerta y defensa en el futuro que los que tuvieron un nacimiento menos agresivo.
Pero este tipo de prácticas no solo afecta nivel emocional, si no que puede producirse otra serie de patologías de carácter físico como son tortícolis congénitas, por tensión dural, cólico del lactante, deformidades craneales, pie zambo, intestino inmaduro…
La utiliza cición de técnicas osteopáticas, tales como la osteopatía craneal, estructural y visceral, conseguimos resolver esos problemas.
¿Cuándo debería ser examinado un bebé o niño por un osteópata?
Hay unos signos de “alarma” que nos pueden alertar si nuestro hijo puede ser candidato a osteopatía, estos signos de alarma son:
Tiene reflujo después de cada toma.
Tiene dificultades para tragar.
Tiene problemas digestivos tales como el estreñimiento o diarrea.
Tiene la tripa hinchada y dura.Tiene muchos gases.
Si hay vómitos.
Problemas para dormir y alteraciones del sueño.
Para bebés que duermen mal
Irritabilidad y lloro sin motivo aparente.
No lagrimea por un ojo.
No gira la cabeza hacia uno de los lados o tiene preferencia por girar la cabeza hacia uno de los lados.
Si tiene zonas planas en el cráneo o asimetrías faciales (ej. un ojo más pequeño que el otro).
Si sufre estrabismo.
Tiene bronquitis, sinusitis u otitis frecuentemente.
Normalmente es recomendable realizar revisiones de forma periódica cada dos, tres meses y realizar sesiones de osteopatía en el posparto para ver que el desarrollo del bebé se está realizando de la forma adecuada.
Beneficios que puede reportar sobre la salud de nuestro bebé:
Como terapia preventiva, patologías auditivas, visuales, patologías de cadera, trastornos posturales.
Mejora de las asimetrías craneales tales como la plagiocefaleas, asimetrías faciales y control del cierre prematuro de las suturas craneales.
Mejora de las alteraciones de las cinturas para mejorar el desarrollo motor del niño.
Disminuir las posibles disfunciones adquiridas en el proceso del parto (forceps, ventosas…)
Mejora de la función digestiva (cólicos del lactante).
Estos pueden ser los beneficios que reporta la osteopatía pediátrica y el trabajo que hace un osteópata experimentado.